miércoles, 19 de agosto de 2015

Cartas sin entregar I (marzo)

Aun no puedo creer que ya no estemos juntos. ¿Por qué llegamos a ese punto? En primera por hipócritas, por no detenernos, no reconocer que nos estábamos cansando y por la comodidad de tenernos cerca.
¿Quién fue el culpable? Eso es obvio: Los dos.
No entiendo porque no te dejas de culpar a ti mismo de la situación, ¿Por qué me pides que encuentre a alguien mejor que tú? ¿Por qué me pides perdón por no ser perfecto? Eres mi alma gemela, no hay nadie mejor que tu para mí. Eres lo que me complementa y me hace feliz, nunca había sido tan compatible con nadie, nunca nadie me había inspirado como tú, nunca nadie me había dado toda esa libertad, nadie me había dado el chance de extender mis alas y volar sin condiciones. Huelga decir que solo tú me haces sentir invencible. Me gustaría pensar que yo te hago sentir igual.
Tengo miedo ¿sabes? Miedo de que descubras a alguien que te haga sentir mejor, pero lo peor que me puedo imaginar es que descubras simplemente, que prefieres estar solo, como siempre te ha gustado, que decidas que todo el amor que nos tenemos no es suficiente para limitar tu libertad. No me mal entiendas, nunca he querido retenerte o cortarte las alas, siempre he querido ofrecerte esa misma libertad que tú me has otorgado, pero por algún motivo, tú no sientes es libertad, o te cansas de ese compromiso que se adquiere al tener una pareja, como avisar dónde vas o invitarme de vez en cuando a salir contigo. No sé qué hacer en contra de eso, lo único que puedo hacer, es darte el espacio del rompimiento y dejarte descansar de todo, como tú dices.

No me imagino en un mundo donde no te tenga cerca de mí, y todo este tiempo que pasaré sin ti, se sentirá insípido. Sin embargo no me dejaré caer, porque lo prometimos, porque el estar separados tiene que servirnos para resolver nuestras complicadas vidas que nos han llevado a un punto de quiebre donde la única salida es rearmar nuestros propios pedazos. Hoy tengo fe, siento que algún día volveré a estar cerca de ti, y que ya enteros podremos seguir en esta larga carrera en la que nos metimos, empezando desde cero, reconstruyendo nuestro paraíso.

Es el primer día sin ti, las ganas de llorar se anidan en mi pecho y no me dejan respirar, pero lo que el corazón no entiende, mi cabeza si y me contengo, te extraño, extraño tu aroma, extraño tu cuerpo y la manera en la que embonamos juntos, cierro los ojos y te veo irte de mi puerta con el corazón hecho pedazos como el mío, las lágrimas me ganan.

Ya deseo que sea mañana, que falten menos días para saber algo de ti. ¿Tu como estarás?

No hay comentarios.:

Publicar un comentario