lunes, 6 de junio de 2011

Quisiera

Quisiera que la música se oyera tan fuerte que no escuchara mis pensamientos. Que el alcohol fuera tan ardiente para no poder gritar.Quisiera que el sopor fuera tan apabullante para que no se sintiera nada mas. Que el coraje ahogara el sentimiento y dejara solo el lamento final.


Quisiera que las lágrimas dejaran la claridad mental, y no un sollozo. Que la sangre fuera solo la que corre por mis venas, en vez del deseo que las mantenga. Quisiera que me bastara con lo que tengo, y que siempre es lo que he querido. Pero en este momento, ni los ojos llenos de amor, ni la vida corriente es suficiente, necesito de eso que nunca ha sido parte de mi, necesito el sentimiento de pertenencia a algo que por lo general detesto, al cual le huyo. Como todas las cosas el precio a pagar es el sacrificio del cariño imperecedero, por un capricho no duradero. El instinto humano sobre pasa al razonamiento siempre arraigado en mi...

La necesidad del capricho es similar a la del hombre sediento buscando agua. En la situación actual necesito la sensación de pertenecer a algo especial, del abrazo humano y de la mano que encadena. Pero.. quisiera que no fuera sí. Quisiera por una vez sucumbir a lo que tanto me he reservado, porque no es natural en mi no es lo mío. La realidad es que seguiré igual, buscando en el razonamiento tan conocido el confort que necesito. La salida ya la tengo, solo que me entretengo alimentando la melancolía. Cerraré lss páginas del libro y disfrutaré del calor de una vela y el recorrido del agua por mi piel...hasta ver la salida