jueves, 12 de junio de 2008

Una noche solitaria III

Desperté muy bien descansada, la portuguesa no estaba y como pude darme cuenta, él la llevo a su hospedaje y ella ni siquiera se enteró a ciencia cierta que pasó la noche anterior, lo importante es que yo tenía que estar lista para cuando el llegara.

No sabía la decisión que él había tomado. Pero sentía premura porque el no llegaba y yo empezaba a sentir una desesperación muy extraña, como una sensación de alerta. Sabía que algo pasaría, y cuando salí al balcón lo descubrí. Aram, mi segundo al mando estaba debajo de la residencia, esperando a que lo invitara a subir, con una seña imperceptible para los demás pero muy común entre el y yo, le permití la entrada. Basándose en el truco que yo no usaba delante de nadie, subió hasta mi balcón y me abrazo de una manera intensa y completamente dulce. ¡Ah! Como extrañaba yo ese abrazo. Lentamente me aparto de su lado y me tomo de la cara con muchísima ternura, besó mi frente y me vio directamente a los ojos. Es igual que yo, espero mi reclamo hacia su falta de honestidad por no decirme la verdadera razón de estar ahí.

Pero esta vez no pensaba hacerlo. – ¿Y bien? Al punto, amor mío. El rió estertóreamente, sabiendo que con el “amor mío” trataba de suavizar lo golpeado de mi pregunta. -Vámonos, lejos unos días, tu, los chicos y yo, lleva a tu primo, a Arnot, a todos los de nuestra raza si quieres, recuerda que tu nos querías reunir, anda vámonos- me decía mientras tomaba mi mano y me llevaba al balcón. –No, y no trates de hacerme cambiar de opinión, el despertar de mi nuevo compañero empieza y tu mejor que nadie sabes que no lo dejaré, o ¿tu la dejarías a ella porque nosotros queremos?- el se sorprendió, ya que la situación en su caso había sido parecida, pero ella era un ser de oscuridad, era mas difícil y retador de lo que yo pensaba hacer. Aun así no esperaba ese argumento a mi favor. Me abrazo, -Estaré al pendiente de ti, y obvio de él-. Bajó por el medio por el que había subido y se fue. Mis inmortales se habían enterado y no estaban tranquilos, pero la verdad no me sentía asustada por ellos, si no por lo que significaba que ellos se entrometieran en el asunto. No íbamos a estar solos, y las cosas se iban a poner de color de hormiga.

Bajé pocos segundos después que Aram, pero obvio, el ya no estaba cerca. Decidí caminar, rumbo al trabajo de mi presa, y esperarlo sin que nadie me viera.

Lo llamé, el bajó, la conexión mental que habíamos iniciado era muy buena y a mi me hacía sentir mejor, me sentía unida a el.-Si vienes, nos vamos ahora, si no, me tengo que ir, el peligro es inminente y si no estás en nuestro estado en un par de horas, serás comida de perros si te encuentras cerca de mi- Me vio sorprendido pero entendió que mis palabras eran definitivas, me besó con furia, yo lo hice con desesperación. Me tomó de la mano y me hizo subir al tercer piso, donde el trabajaba. Su oficina tenía vista a toda el área operativa donde el fungía como Work Force. Atrás de este lugar había un par de oficinas, y una estaba alejada de las cámaras y de las vistas chismosas que pudieran aparecer, ya que ésta era una oficina de un alto mando. Así que con prisa me desnudo y me hizo el amor, como si en verdad hubiera amor. Deseé tanto hacerlo a la vista de todos, en la oficina de Gerencia, pero sabía que eso era demasiado.

Tomó un par de cosas mientras yo me vestía en la oficina y nos fuimos a toda prisa sin deparar en nada, corríamos como si el mismo diablo nos persiguiera, yo solo rogaba que solo fuera una frase, y que en verdad eso no fuera a pasar. Tratamos de esperar el elevador, pero como en todas las situaciones complicadas, estos aparatos nunca llegan. Y de pronto el se quedo quieto, escuchando. –Vámonos- me tomó del brazo y bajamos las escaleras.

Llegando al segundo piso, alguien lo aventó y me agarro de ambos brazos, con una fuerza mayor que humana, y en un solo respiro me metió a la sala en forma de Herradura que era famosa en este piso. Mi presa, entró detrás de mí pero no quiso entrometerse. Yo arañe la cara de mi agresor, y las luces se prendieron de pronto dentro de la sala. – ¡Auch!, no seas tonta- quite las manos de su cara y me di cuenta que era uno de mis inmortales mas queridos, el mejor amigo de Aram y mío, y que acababa de salir, ya que su horario terminaba a las 12:00, y alertado como estaba, esperaba verme aparecer, para después huir.

Las fuerzas enemigas nos atacarían y nosotros o nos agrupábamos o nos desaparecían. Yo solo me preocupaba por sacar a mi querido Turán (cabe recalcar que este es su nombre de inmortal, ya que nunca usaría el verdadero) de este lío y de hacerlo totalmente mío.

-Tienen que correr, yo les cubriré las espaldas, déjalo fuera de esto, o lárgate con él y no permitas que se acerquen, que lo van a matar, van detrás de él, al parecer un antiguo dragón que perdieron, y al parecer tu encontraste nuevamente- Mi querido protegido solo se agarró el brazo, donde yo sabía se encontraba un hermoso tatuaje de un dragón chino, pero decidimos callarnos y solo lo tomé de la mano, asentí y salí tras piernas bajando las escaleras, con el pegado a mi. Llegando a la planta baja decidimos tomar hacia el estacionamiento, ya que el guardaba su carro ahí. Bajamos las escaleras y lo puse contra la pared, en un instinto lo besé y puse mi mano sobre su miembro firme, me dieron ganas de continuar con nuestro idilio de la oficina, pero yo bien sabía que no era momento. Y no había tiempo. El respondió tocando mis senos y basándome nuevamente, mientras era el quien me estrellaba en contra la pared. Llegamos a su carro, subimos y corrimos a toda velocidad, sabiendo que mis inmortales contendrían el asalto y que podríamos huir, pero no teníamos mucho tiempo, salimos sin rumbo fijo.

Llevábamos cinco minutos de haber salido. Vimos un fulgor muy al estilo “bomba atómica” y supimos que venía de la empresa en la cual estábamos poco antes. La descarga fue puramente energética así que afectó poco los cimientos, pero para mi significaba la posible pérdida de los seres que más amaba.

Nos aventuramos a ir hacia Cuernavaca, en un hotel bastante cómodo nos alojamos alrededor de las 3 de la mañana. Estuvimos juntos, teniendo sexo como si nunca en nuestra vida lo fuéramos a volver a sentir. Teníamos las marcas en todo el cuerpo, mis arañazos en su espalda y mis mordidas, pequeños moretones en mi cuello y senos, de su boca. Por primera vez me entregué por completo a un hombre y él hizo lo mismo conmigo. El momento que mas disfrute fue los dos sobre la cama, habíamos terminado la primera vez y el me abrazaba y besaba. Hicimos un intercambio de esencias y aprendió muy rápido a hacer las cosas que yo mas amaba en el sexo con seres inmortales, ya que necesitas un grado de concentración bastante amplio, pero una vez logrado, bueno el sexo se vuelve algo “fuera de este mundo”. Aprendió rápido algunos pequeños y muy placenteros trucos y nos la pasamos mucho mejor que cualquiera, ya que mi incansable amante sabía como mantener moviendo mis caderas, sin que quisiera dejar de desearlo, y viéndome lo incansable que podía llegar a ser yo.



Intentamos todas las posiciones posibles, y por un rato mientras yo estaba arriba de él y el sentado me abrazaba de la espalda nuestros dragones se fusionaron, como una imagen sacada de tipografías de mitos viejos y leyendas apocalípticas. Sin imaginarnos el verdadero significado de eso.

Dormimos toda la mañana y despertamos ya entrada la tarde, ellos no atacarían hasta pasando la media noche. Decidimos seguir nuestro camino, pero ahora nos desviamos rumbo el ajusco, necesitaba el bosque para iniciar el ritual y volverlo lo que el era. Un inmortal, mi caballero del Dragón.

Llegamos pronto al ajusco y con desesperación algo paranoica nos internamos en el bosque, de pronto comenzó a llover y supe que estaban cerca, que nos rodearían y sin tiempo para nada envolví con mi manto energético a mi amado Turán. Y esperamos.

Llegaron y nos rodearon, poco después llegaron mis amigos inmortales, y empezó la batalla, empezaron a alejar la batalla de nosotros mientras yo protegía a Turán bajo mi fuerza. Mas del ochenta por ciento de los atacantes fue detrás de mis amigos que los llevaron a lugares de los cuales nunca regresaron, pero cabe decir que mis éstos, no regresaron a salvarnos el pellejo, ya que muy ocupados estaban reagrupándose y tratando de averiguar el porque querían a tan poderoso caballero.

Un ser de energía superior redescubrió tiró el manto de energía que nos protegía como si fuera una sábana y me rompió el cuello, para dejarlo a la merced de él sin ninguna expectativa real de que Turán pudiera ganar. Yo tardaría en recobrarme por lo que me limite a ver. El ser que quería acabar con mi presa mas querida se acercó lo levanto y de el chico al que yo quería transformar en el inmortal que era salió un fuego que quemó al enemigo y lo consumió en dos segundos, las alas salieron, alas transparentes y muy azules, su cuerpo cambió. Y el se transformo en una especie de dragón cargado con unas alas pequeñas pero muy largas. –Dime porque me elegiste a mi- Me dijo mientras me ponía sobre su espalda, y soltaba el vuelo. –Porque mi dragón necesitaba de sexo- conteste con un dolor que me recorría completamente todo el cuerpo. El sonrió, -no te faltará en un buen tiempo, ahora tendrás que curarte y enseñarme quien soy-volaba tan alto que nadie lo vería.

El Caballero del Dragón había despertado.