El híbrido

I

-¿Eres un vampiro?- Le preguntaba el niño al ser pálido como la cal frente a él, mientras sorbía el refresco de naranja con hielos que tenía en la mesa. El hombre lo observaba con una sonrisa y los ojo s brillantes.
-No, no soy un vampiro, ¿Es por eso que me seguías?- Le contestó el hombre mientras jugaba con la taza de café que también estaba en la mesa, sin siquiera darle un sorbo. El niño asintió con una mueca de decepción en la cara y miró para abajo mientras el hombre lo veía con una sonrisa llena de diversión. 
Al terminar el refresco, el niño siguió viendo al hombre por un largo rato. A Arael le daba mucha risa como los niños tienen más percepción que los adultos, y por mucho. El en definitiva no era un vampiro, no comía, y necesitaba ciertas cosas para su supervivencia, pero podía salir de día y entre sus necesidades no estaba la sangre. Pero tampoco era un ser humano, su tejido no era frágil, ni sus huesos se podían romper.
Además los vampiros, como el los veía, eran seres melancólicos, él no; él era absolutamente feliz, le encantaba su vida, su inmortalidad; reía a carcajadas todo el tiempo, sin pena a que lo escucharan, y nunca podría matar a un humano. No podría decir que no le gustaría ser vampiro, ellos también tenían mucha luz, pero hace mucho que no se topaba con uno, por lo que evitaba pensar en ellos. Sobre todo porque era doloroso. Él había amado a una vampira, Velka; pero no todos están hechos para la inmortalidad y el paso del tiempo; y Velka era uno de ellos. Mejor no pensar en eso. 
Arael pagó la cuenta y llevó al niño a su casa. Su madre estaba preocupada porque lo había perdido en la calle, ya había llamado a la policía. Le agradeció al hombre con una sonrisa embelesada y le invitó un café. Arael era encantador para cualquier humano, hombres y mujeres; aunque él siempre adoró a las mujeres. Medía un metro ochenta y era muy blanco, pero no de ese blanco pálido y descolorido, si no de ese blanco lechoso y terso. Sus ojos miel, con unas pestañas enormes y una boca delgada pero agradable. Su cuerpo fuerte y bien formado, y una risa, que al oírla y sin importar lo ruidosa, provocaba sonrisas a su alrededor. Era mágico. 
A la tercera taza de café vacía, se retiró. Prometiéndole a Armand que volvería en un par de días a visitarlo. Realmente le agradaba el niño. Y porque no decirlo, también la mamá; viuda, bonita, elegante y llena de sencillez.
El desaparecer alimentos era una de las cosas que un ser como él, podía hacer para poder pasar desapercibido entre los humanos. Tenía que hacerlo porque ese era su trabajo; y lo disfrutaba porque le encantaban los humanos.
Se fue a su departamento a descansar, ya que al día siguiente tendría que empezar su misión. Llegó y fue directamente a la cocina, abrió el whisky y lo tomó en las rocas, puso música clásica, y se dedicó a descansar, hasta que los ojos se le cerraron. 
La oscuridad de la sala empezó a ser disipada por algo en el centro de la habitación. El ser que llegó era la imagen de la dulzura terrenal. Lo vio y sonrió, trató de no ser brusca al despertarlo, pero Arael tenía el sueño pesado, no había forma de despertarlo. Extendió sus alas y las empezó a agitar. Se hizo una brisa agradable y en su sueño Arael sonrió.
 – Arael, Arael. ¡Arael, despierta maldita sea!- dijo y al final de la frase tapó su boca con cara de sorpresa. Arael cambió de posición y sin abrir los ojos sonrió.
 –Un ángel de tu jerarquía, no debería decir esas cosas Cassandra-. Cassandra se ruborizó y bajo la vista.
 –Lo sé, pero es que no despertabas, no le digas al maestro por favor, ¡Además no soy un ángel, soy una Dominación!- dijo con nerviosismo.
Arael se despabiló y le sonrió con ternura casi infantil.
 – A Él nunca le ha molestado que digas groserías, o maldiciones, o cosas así, pero no, no le diré-. Dijo mientras  se incorporaba del sillón.
-Si pero últimamente anda de mal humor, los humanos son tan tontos que a él lo desesperan, a veces creo que no es tanto por ellos; más bien porque él confió demasiado en ellos y cada vez que se equivocan de manera potencial, el pues, pues se molesta y ahorita anda tan sensible- dijo con gesto de consternación.
-Por eso yo tengo que hacer su trabajo sucio, que ni se enoje. Si nadie puede tocar a mi especie es porque él nos necesita para hacer sus trabajitos. Si no fuera por eso probablemente tanto los de arriba como los de abajo, ya nos hubieran acabado, eones atrás.- 
La cara de Cassandra cambió porque sabía que en su manera “retorcida” de ver las cosas, Arael tenía razón. Nadie quería a los seres como él, ni arriba, ni abajo. Tenían sus precauciones, porque la especie de Arael, en primera, era muy rara; y en segunda, bueno, pues a nadie le causaba confianza lo que ellos eran. Pero ella quería a Arael, desde que lo vio nacer y desarrollarse al cien. Lo había amado, porque veía la luz que él tenía, y precisamente por eso ella era la mensajera, la encargada de cuidar a Arael; y también su jefa.
Arael era especial, era uno de los más deseados en ambos reinos. Había trabajado para ambos, pero había decidido quedarse en “la luz” porque quería a los humanos, y era más fácil cuidarlos, que fastidiarlos, cuando menos para él, para los mayoría de su especie, no.
Cassandra se sentó junto a él. No lo tocó, porque Arael odiaba el contacto, y a menos de que estuviera de humor, no dejaba que ni ella se acercara. Ella abrió sus alas y puso una alrededor de él. El contacto de las plumas le gustaba de verdad, por eso sabía que no sería rechazada. Él se quedó sintiendo el contacto durante mucho tiempo, pensando en un lugar más allá de lo terrenal. Sabía que la magia la hacía Cassandra, para hacerlo sentir bien, y el solo sentía la paz.
-Bueno ya,  basta de tanto confort. Dime que necesitas Cas, porque no creo que vinieras solo a calmarme y hacerme sentir bien- Se levantó y fue a la cocina a preparar otro whisky.
-El plan cambió. Vas a tener que buscarlo porque el idiota hizo algo, que ni el cielo pudo prever. La buena noticia es que sabemos dónde está y no tendrás que buscarlo.- Cassandra esperaba una respuesta furibunda de parte de él. Pero solo guardó silencio y asintió. Ella le dejó un papel con las indicaciones. Cuando hubo guardado todo, Cassandra lo tomó entre sus brazos y cantó algo a su oído. Él se volvió un cuerpo inerte y ella lo dejó en la cama.
 –Necesitas descansar de verdad, lo siento, cuando despiertes estarás listo para comenzar tu misión-. Por primera vez en muchos siglos, Arael durmió a pierna suelta durante mucho tiempo, días completos; nunca había podido dormir tan bien. Sin sueños. 
Despertó casi 5 días después, el sueño había sido totalmente reparador y se sentía como nuevo. La próxima vez que viera a Cassandra le agradecería. Por el momento se tenía que poner a trabajar. Buscó toda la información que necesitaba. Se dio un baño y salió de la casa al punto de reunión.
Dejó el carro a tres cuadras del lugar. Aunque él tenía un “aseguramiento divino”, prefirió no correr riesgos con respecto a la zona. Era un lugar por demás bajo en las orillas de Iztapalapa. Caminó seguro de sí mismo y tratando de no llamar  la atención. Encontró la vecindad rápidamente. No había pierde en un sitio tan lóbrego. Entró con la coartada armada y lista para desarrollarse. Total, si no funcionaba, siempre podría usar su “magia” para arreglarlo. Tocó la puerta marcada.
Lo que le abrió la puerta fue un chico como de 21 años, absolutamente drogado, con ojos rojos, y babeando de la cantidad de enervantes que tenía encima. No traía playera y con trabajos colosales caminaba.
 –Hola, busco a Mike.- Dijo Arael, repasando mentalmente la coartada. El chico se hizo a un lado arrastrando los pies, y lo dejó pasar sin peguntar nada. Arael pasó las puertas de la casa y el muchacho cayó inconsciente. Le dedicó una mirada de desconcierto, y empezó a buscar en los cuartos del lugar, a su misión.  
El lugar olía a viejo, a orines, y aun aroma más que ningún humano podría oler, olía a muerte y abandono. Arael se tapó la nariz, y siguió buscando. Encontró a Mike tirado en el suelo, con el arpón aun en el brazo. Arael sacó la aguja y Mike reaccionó por el dolor. Pero su mirada aún seguía perdida en la nada.
 –Mortales, a veces me caen tan mal, en especial los humanos; Mike párate que no te pienso cargar- Dijo Arael mientras ayudaba a su misión a incorporarse. El muchacho estaba perdido en la droga, pero obedeció. Arael lo recargó contra sí, y desapareció. 
Para un pobre humano, la teletransportación es una experiencia que en estado natural, bien te podría matar. Pero Mike contaba con dos ventajas: su “ángel guardián” que no es precisamente un ángel y el hecho de que se había metido tanta heroína que su corazón latía muy despacio, por lo que el desintegrase en un lado para reconstruirse en el otro no provocó la taquicardia que reventaba corazones. Aun así el viaje le trajo consecuencias, al llegar al coche, los ojos de Mike eran dos platos gigantes. Respiraba muy rápido y tenía un poco de taquicardia, se había despertado por completo y el efecto de la droga se había disipado. Miraba con sorpresa a Arael, y trataba de abrir la puerta del coche. Arael lo observaba paciente, y abrió la puerta para él. Mike lo dejó de ver para poder vomitar en la banqueta. El guardián lo esperó pacientemente, aunque no sin un dolor de cabeza. Cuando nuestro humano acabó de vaciar su estómago volvió a ver a Arael, cerró los ojos, y se sumió en un sueño intranquilo, hasta llegar a casa de su ahora, protector.
II
Mike abrió los ojos en un departamento en el que nunca había estado, pero sin duda era mucho más bonito y ordenado que el suyo, y por más de cuatro niveles. El efecto de la heroína fue increíble, nunca se había teletransportado con esa cosa, nunca. Bueno tampoco tenía mucho que la usaba. De hecho llevaba dos meses en el asunto, y todo porque, por hacerle caso a una hermosa mujer. Ni modo, es hombre y un hombre que le gusta el sexo y que las mujeres vuelven loco, así que ahora, a saber cómo saldrá de esta. Por el momento no le importa. Ya que está disfrutando lo mullido de la cama. El aroma a limpio y fresco. Las almohadas. ¿Dónde demonios estoy? Pensó (al fin). 
-En mi departamento Mike, pero no te levantes; entre las drogas, la teletransportación y tu estupidez, vas a  estar mareado por un par de horas. Déjame traerte algo de beber y para el dolor de cabeza- Dijo Arael en la puerta de la habitación. Al parecer Mike todavía no regresaba por completo de su viaje, ya que no se preocupó por quien era ese hombre y como había llegado ahí, ni tampoco como le contestó la pregunta que nunca formuló en voz alta. Arael regresó con un analgésico y un sobre de sal de uvas. Mike lo bebió todo y dejo salir sonoro eructo de su cuerpo, para después tirarse hacia atrás en la cama nuevamente.
Se levantó cuatro horas después, sin dolor de cabeza ni ningún malestar. Porque tenemos que agregar que a la heroína, se le sumo un poco de coca, un par de churros, y el alcohol básico de mala muerte, de cualquier borrachera de barrio. En la puerta había pegado un recado, que Arael había dejado para él. 
Mike:
Voy a salir a comprar algunas cosas, te dejo un par de toallas en el baño del cuarto, y ropa limpia, te dejo encerrado no porque piense que te vas a robar algo, si no, porque no te puedes ir, y si, también, porque conozco tus mañas. No tardo. Luego contestaré todas tus preguntas.
Arael
Mike, que ya había tenido la oportunidad de darse cuenta que las cosas estaban muy raras, prefirió esperar a que su captor regresara, por lo que se metió en la tina y se dedicó a desperdiciar el agua de nuestra hermosa ciudad, vaciándola y llenándola una y otra vez. Se secó y observó su cuerpo. Cada marca le causaba fascinación. A su edad había pasado por mucho. Y todo lo que le faltaba. Ahora estaba en el mundo de las drogas, su repartición, y en todos los líos que meterse en el narcotráfico conlleva.
Cuando tenía 14 ya estaba con la pandilla de la escuela; se la pasaban rayando paredes, en peleas en la Santo Domingo, y en fiestas de pubertos llenándose de alcohol, y aunque él no le metía a las drogas, sus amigos sí. En la secundaria, ya a punto de salir, tuvo su primera pelea de puntas donde hirió a uno de sus compañeros que le armaba pleito, por estarse agasajando a su novia, y no solo eso, si no, que lo hizo delante de él.  Casi mata al pobre idiota que no sabía dónde se metía, ya que a esas alturas, Mike estaba bastante fogueado en peleas, y las puntas realmente no son tan difíciles de usar, así que si no hubiera sido por la sensación de la navaja penetrando la piel, el músculo y la sensación cálida de la sangre acompañada por la adrenalina del momento y los gritos de su oponente, rasgando por primera vez sus sentidos, probablemente el otro infeliz hubiera muerto; ya que el conjunto de sensaciones, fue bastante agradable. 
Pero de todas maneras, la habilidad de Mike en ningún momento ha sido por poder o fortaleza mental, no, ha sido más por suerte e intuición, ya que Mike no es un genio en ningún sentido y más bien diríamos que es medio güey, lo podríamos llamar diferente, pero se oiría peor. Mike pese a la serie de cosas horribles, repugnantes, malas y estúpidas que ha hecho, es un alma limpia, ¿Por qué? No lo sé. Podemos creer que “Los caminos de Dios, son misteriosos” y probablemente sea verdad, porque todo lo que ha llevado a Mike a hacer todas las idioteces que ha hecho, y a ser quien es, han sido las circunstancias en que la vida lo ha puesto, y no tanto por malicia. Lo único bueno de lo que puede presumir es que es bastante atractivo para cualquier mujer, de cualquier clase. 
Pero estábamos con Mike, mientras observaba todas las marcas de su cuerpo. Pensando en las cosas que había hecho desde que empezó su vida criminal, y en que Dios le marcó el camino para ser un bueno para nada. Pues Mike se puso ropa limpia, y se volvió a acostar en la cama, esperando que el extraño secuestrador que esperaba, fuera narco y no joto.
Arael llegó media hora después cargado de cosas para comer, que obviamente el no consumía, ya que si lo hiciera sabría que lo que había llevado difícilmente se llevaba unas cosas con otras. Podrán decir que soy muy gourmet pero no veo forma que las sardinas y la crema de champiñones se lleven para ser comidas juntas, que era lo que precisamente Arael preparaba. Al parecer su conocimiento de los humanos no llegó nunca al conocimiento del paladar.  
-¡Sácame de aquí, cabrón!- Gritaba Mike mientras pegaba en la puerta de la habitación.
-¡Perdón! Soy un torpe y un pésimo anfitrión, en verdad lo siento mucho- Decía Arael con verdadera vergüenza mientras iba a abrirle la puerta a Mike, que estaba tan enojado que quería romper el mobiliario de la casa, si no lo hacía era porque sabía que no lo iba a poder pagar. Cuando nuestro guardián abrió la puerta, Mike le acomodó tremendo puñetazo entre ceja y oreja que dejó al pobre de Arael con un dolor bastante fuerte y un poco de sangre. Nuestro guardián, como supondrán no estaba acostumbrado a ser tratado así, y no porque apenas se hubiera mudado a México, si no, porque el ser, una criatura como él merecía respeto en todos los planos. Y porque estaba acostumbrado que sus “encargos” tuvieran más conocimiento de quien era él. Así que sin pensarlo atravesó a Mike por el pecho con una de sus manos, que en el momento de la agresión se convirtieron en dos filosas espadas, y atravesaron a Mike como un cuchillo en mantequilla. 
Arael vio como la sangre manaba del pecho de su “encargo” e inmediatamente sus manos volvieron a la normalidad, los ojos de Mike se salían de sus órbitas, luchando por una comprensión que no llegaba. Mike cayó; la sangre corrió por la alfombra de lana fina debajo de él. Dejó de respirar a los pocos segundos.


III
-¡Ya me cargó la chingada! ¡Hostia! Ahora si la regué, y me va a ir mal, tengo que arreglar esto en este preciso momento. ¡CASSANDRA, VEN AQUÍ CARAJO!- Gritó Arael, mientras corría de un lado a otro desesperado; la alfombra, pensó, Mike, pensó después. Me van a quitar el cargo, ahora sí, ¿Dónde está Cassandra?
Arael sabía que Cassandra tenía que estar en el plano espiritual para que lo escuchara, y para como era ella, con tantas cosas que hacer, y tanto papeleo que resolver, pues no tenía muchas posibilidades. 
Se empezó a oír una risa maligna en la habitación, tan sensual y lasciva que Arael solo pudo sentir el escalofrío subiendo desde su espina hasta el cuello. Conocía esa risa y a su dueña, y la conocía tan íntimamente como un ser puede conocer a otro. Las sombras se hicieron en la habitación y en el pasillo. Una sombra se posó junto al cuadro que estaba en el pasillo, a pocos pasos del caído Mike. 
-Bueno querido, ahora si la jodiste de una manera olímpica- Dijo la seductora sombra, mientras pateaba al muerto en el suelo y soltaba una carcajada fuerte e histérica. –No pensé que pudieras acabar con tu misión tan rápido- La sombra se convirtió en silueta y  se empezó a acercar a Arael.
Nuestro guardián tenía la mirada fija en ella, y solo se delataba su nerviosismo, en el pequeño tic en la mejilla, que significaba que apretaba demasiado los maxilares, y también un poco la mirada, llena de tantas cosas, que sería difícil saber cuál predominaba en ese momento. Era condenatoria, pero también llena de deseo. Poco a poco la silueta tomaba forma, hasta que una hermosa y atractiva mujer de cabello rojo y con una figura muy voluptuosa, quedó frente a él, con un aroma a menta en la boca, y a flores frescas en el cabello. El aroma lo hizo moverse para atrás, algo mareado y excitado. Rosier siempre tenía este efecto en él, pero cuando la dejaba de ver mucho tiempo se le olvidaba lo fuerte que éste, podía ser. La Reina de los Súcubos se le quedó viendo con su hermosa sonrisa, coqueta, paciente, segura de haber ganado la batalla del día contra Arael, su ex marido. Levanto la boca en una especie de puchero, mas tirándole a ser excitante, que a realmente demostrarse indignada.
-¿No le vas a dar un beso de buenas noches a tu querida novia?-Dijo Rosier acercándose sensualmente a Arael, respirando de tal manera que cada inhalación le aumentaba el volumen de los senos como por tres copas. Arael observaba perdido el movimiento, olvidándose por completo de Mike, que yacía en el suelo. Su boca se iba acercando a la de ella, sus labios se empezaban a rosar, y ella empezaba a sacar su lengua húmeda para ponerla en la boca de él. 
-¡Arael! ¿Qué demonios estás haciendo?- Se oyó detrás de ellos. La cara de fastidio de Rosier, delataba quién era la molesta visitante.
-Querida Cassandra, ¿no te cansas de maldecir, decir “demonios” y estarnos invocando a cada rato? Una Dominación como tú, debería de tener respeto por su Señor, y no molestar al mío, ¿o ya decidiste cambiarte de bando? Digo con tu boquita de vendedora de la merced, podrías hacerlo…Claro, si solo fueras un poquito más sexy, y estuvieras más buena, y fueras más agraciada, obvio.-  Dijo Rosier caminando hacia la Dominación Celestial que estaba a unos cuantos metros de ellos, con cara de pocos amigos, viendo como la Dominación Infernal, -que era su hermana menor- movía la cadera y dejaba ver desde el tobillo hasta la entrepierna con el vestido que traía y que iba abierto de una manera bastante vulgar, para el parecer de Cassandra. 
-¿No deberías estar tirándote a cuanta cosa viva –y no viva-  se cruza por tu camino? ¿No es tu trabajo, no te pagan por eso? ¿O ya lo haces por deporte?- Dijo Cas, barriendo a su hermana, y echándole ojos de fuego a Arael, que prefería hacerse el tonto mientras las mujeres se pelaban.
-¡Uy hermanita! Esa mirada  llena  de soberbia, ¿segura que no te equivocaste de bando? –Dijo Rosier soltando otra carcajada escandalosa e histérica.
-Lárgate de aquí  y déjanos trabajar, y tu ¿Qué quieres? ¿Por qué me fastidias? Estaba en el spa, es mi día libre, ¿recuerdas? Jueves de Cassandra. Bastante tengo con que el Maestro haya decidido que hasta los domingos se trabaja.- Dijo enojada. 
-Te hablé por esto- Dijo Arael, señalando a Mike, que hasta ese momento nadie había notado, pero que para ese entonces ya estaba frío y el rigor mortis comenzaba a notarse. Otra risa histérica de Rosier se escuchó. Pero Cas ya no la escuchaba más, pues sintió que tenía un cuerpo físico y que el alma la abandonaba del mismo.
-¿Y ahora qué pasó? ¿Por qué lo mató la loca ésta?-Dijo Cassandra sacando su espada de la parte de atrás de su atuendo y señalándola a Rosier.
-A mí no me culpes, fue nuestro campeón, en un ataque de ira, me parece- Dijo Rosier mientras sacaba de su escote un espada corta, y empuñándola en contra de la Dominación celestial frente a ella. Cas bajó la espada.
-¿Qué hiciste qué? O sea ¿eres humano o que te pasa?- Dijo volteándose molesta hacia Arael. Que la veía con un poco de vergüenza, mientras se dirigía a la cocina. Cas lo siguió.
-Fue un accidente, me golpeó y ya sabes cómo funciona esto de los “dones celestiales”, se me salió el demonio que llevo dentro y…- Dijo Arael mientras se servía un vaso de whisky, pero Cas lo interrumpió con un grito de furia.
-¡Nunca digas eso en mi presencia Arael, el demonio que llevas dentro, no seas imbécil¡- Y como buena mujer, con su gusto por el drama, se soltó llorando. Arael es un híbrido insensible a las lágrimas de las mujeres, que por lo general le dan más risa que sentimiento, pero a Cassandra siempre la ha querido, y mucho, por lo que sus lágrimas si le pueden a Arael.
-Cas, no llores, está bien, fue  mi error, mi inconsciencia,  ya maté a este idiota y no sé qué hacer- Le dijo mientras instintivamente abrazaba a la Dominación con todo el afecto que le era posible. La mirada furibunda de Rosier pudo haber matado a ambos. Pero se controló, la última vez por eso perdió a Arael, y no lo recuperó. Cassandra echó una mirada a Rosier con una sonrisa, nada digna de un ser celestial, para después dejar que Arael, la siguiera abrazando. 
Pero celestial, infernal, o humana, mujeres son mujeres, y cuenta la leyenda que no hay nada peor en este mundo-ni en todo el universo- que una mujer despechada. Así que aprovechando la situación, Rosier tomó el cadáver de Mike y desapareció en un dramático acto de: Trueno, Relámpago y Fuego, dejando a su ex y a su hermana a punto de sufrir un ataque al corazón.
-¡Detesto seguirlo queriendo, pero ahora lo voy a hacer sufrir un rato, prefiere a mi hermana, pues que se quede con ella!- Dijo Rosier llegando a su enorme palacio diabólico. Dejó el cadáver en el suelo y con su magia se cambió a un neglillé azul de encaje. Se aventó a su cama y se puso a llorar. 
Una risa desagradable y sucia se escuchó dentro de su habitación. Tenía compañía.
-Al parecer tu amante te ha dejado insatisfecha hermosa Rosier, tal vez si no estuviera TAN muerto, no estarías TAN enojada.- Dijo la voz profunda del ser que había llegado. Poco a poco se acercaba a Rosier, le tocaba los muslos y jugueteaba con la entrepierna de la Reina de los Súcubos, la cual después de soltar un par de gemidos, se convirtió en hombre. El ente retrocedió; no le gustaban los truquitos de Rosier, aunque por lo general estaba de buen humor para él.
-Que carajos quieres Balam, ¡lárgate! Quiero estar sola- Dijo el apuesto hombre que se levantaba de la cama y empezaba a dar vueltas en círculos por la habitación.  
Pero aunque tuviera cuerpo de hombre la esencia de Rosier es de mujer, por lo que en ese momento se le ocurrió la brillante idea de que iba a hacer…
Lo pensó un momento y se volteó al cadáver, se cambió de apariencia nuevamente, al baby doll que traía antes; se sentó encima de Mike, y dejó su larga cabellera pelirroja y china caer sobre la cara del muerto.
Se acercó a la boca de Mike y lo besó, una luz roja entró en Mike y su corazón empezó a latir nuevamente.  
-Veo que reviviste a tu amante, que bien por ti- Dijo Balam muy indignado, celoso, pues tenía un tórrido affair con la reina de los súcubos desde hace un tiempo. 
-¿Sigues aquí? O me dejas en paz y te largas, o no te metes.- Dijo Rosier mientras acariciaba la cara de Mike y éste poco a poco regresaba en sí.
-¿Dónde estoy? ¿Icee? Pensé que no te iba a  ver otra vez. ¿Qué pasó? ¿Dónde está el güey mamado que estaba secuestrándome?- Rosier lo veía con una sonrisa. Se levantó y le tomó la mano, lo ayudó a sentarse en la cama. Lo acostó.
-Cielo, todo fue un mal viaje, duérmete y luego hablamos- Rosier le pasó la mano por la cara y Mike cayó dormido instantáneamente.
-Así que tú fuiste la que indujo al tipo este a lo del narco, pero ¿Por qué? Que yo sepa no interfiere con ninguno de nuestros planes la búsqueda de sus benditos, y menos de éste.- Dijo Balam tratando de concentrarse en lo que decía y no en lo diminuto del atuendo de Rosier, la cual se daba cuenta y más sensualmente lo observaba. Y aclaremos aquí, que no es porque sintiera realmente una fascinación por su amante, si no, porque tenía la misma jerarquía de ella, y había demostrado ser útil. Y en este preciso momento lo hacía porque era importante desviar la conversación a otro punto que no fuera, al “porque”, ya que si bien ella no adoraba a su amante, él la conocía muy bien, y no tardaría en darse cuenta que ella estaba complicándole las cosas, a su hermana y a su querido ex marido, en parte.
La otra parte también le preocupaba, pero dudaba que Balam fuera lo suficientemente listo para darse cuenta. Estos pensamientos se perdían en el abismo de sensaciones que había desatado a su alrededor, y que habían hecho que Balam se perdiera entre sus muslos, y su cuerpo, conversación olvidada. Mucho placer, muchas sensaciones, y después de divertirse lo suficiente, regresaría a trabajar, sabía que después de esto, contaría con Balam incondicionalmente. 
Realmente nadie había entendido, hasta este momento, que estaba pasando con Mike, y porque era tan importante para el cielo este muchacho, el cómo había llegado al narcotráfico y  a meterse en tantos líos en tan poco tiempo. Ahí la que más sabía de la historia era Rosier. Y ella iba a callar aún por mucho tiempo.
 
IV
Cassandra no dejaba de aventar las cosas en su habitación, las dos dominaciones, eran bastante parecidas, pero al parecer ninguna de las dos se había dado cuenta. Arael estaba en posición fetal en la cama de dosel, con muchas cosas en que pensar. Estaba deprimido, porque le traía demasiados problemas a Cassandra, cosa que no ocurriría si no hubiera andado con Rosier, si no se hubieran casado, y eso no hubiera pasado si no se hubiera enamorado perdidamente de ella. A su vez, no se hubiera enamorado de Rosier, si Velka no se hubiera suicidado. Maldita Velka, maldita Rosier, malditas viejas. 
Días antes pensaba que su vida era genial, que su inmortalidad era maravillosa, pero ahora ya no lo creía tanto, y eso no era bueno, ya que la última vez que se desesperó y decidió que su vida no era lo que él quería se dedicó a hacer tonterías, como estar del otro lado, y fastidiar a tanta gente, como terminar con Rosier y ahora sufrir por eso. Porque por increíble que parezca, Rosier lo hacía feliz, y aunque nadie lo creyera, eran las dos criaturas más felices del universo. Pero todo tiene un fin y el de ellos no fue nada bonito. 
Ahora tenía que adivinar como resolver el problema, porque le quedaba claro que no tenía idea de que hacer. Cassandra estaba muy enojada con él, y lo entendía, pero no comprendía el hecho de que le enojara más que Rosier hubiera estado ahí, para él, lo lógico era que se enojara por el cadáver, no porque la iba a besar. 
Pero como lo dije antes, mujeres, sean del tipo que sean, ángeles, demonios, humanas, extraterrestres, corpóreas o incorpóreas, son mujeres. Nadie las tiene porque entender. 
Se quedó dormido sin saber en qué momento, cuando despertó tenía a Cas en sus brazos, y ambos dormían plácidamente, como si los problemas no existieran, ella le daba paz, y viceversa. Pero los sentimientos de ambos eran diferentes, aunque ninguno sabría definir que quería o esperaba del otro, solo se necesitaban cerca y bien. Pero más allá su relación era muy complicada.
Arael se levantó de la cama con toda calma para no despertar a Cas, regresó al mundo terrenal y tomó un baño. Necesitaba encontrar una salida, y como tenía que aclarar la mente, primero tomaría un par de whiskeys en su bar nudista preferido, y luego subiría a alguna bailarina a las habitaciones privadas del lugar para desfogar cualquier pensamiento pecaminoso con Cassandra o cualquier recuerdo de Rosier. Después pondría en orden sus pensamientos. 
Llegó al antro, estaba lleno, pero para él siempre había mesa, su mesa reservada. No importaba cuando, ni en qué estado, ni que día llegara, la mesa estaba apartada para él, porque era un excelente cliente y porque extrañamente nadie la pedía y a nadie le gustaba. Gracia a su magia nadie veía en eso nada raro ni lo notaba. Se sentó. La mesera le trajo lo de siempre y se dedicó a beber. 
Entendamos que un ser como Arael, no come, pero éste en específico, si bebe alcohol. Y además es casi adicto al sexo. Hay cosas que cada uno decide cambiar y los placeres los encuentra de maneras diferentes. El sexo lo alimenta, mas por la energía de su pareja que porque realmente disfrute tanto el sexo con las humanas. El verdadero placer no se conoce en piernas mortales, si no en la lejanía universal de los seres mágicos y no terrenales. Pero sexo es sexo y para los híbridos como el, es energía de la cual vivir. 
Siempre lo mismo, ¿porque no contratan mujeres nuevas, más seguido? pensaba Arael, de ver a las mismas bailarinas que le gustaban, pero que bueno, por mucho que te guste una mujer, siempre te va a llamar -para este tipo de situaciones- la carne nueva. Aún no acababa el pensamiento, cuando la luz cambió, la música comenzó y una mujer vestida de diabla golfa de pastorela se presentó en la pista, encaje y lentejuela en cantidades pequeñas y en posiciones estratégicas cubrían el cuerpo perfecto de una pelirroja muy sexy.
Rosier dijo Arael, en casi un gemido. Sí, era lo que le recordaba la mujer, que además no había visto en el lugar. Sus movimientos eran felinos y divertidos, mientras bailaba y se desvestía, sin dejar de mover la cola de diabla que se enredaba en las manos o en la pierna.
Sin pensarlo pagó por ella, y subió a la habitación, donde la mujer esperaba con rubor en las mejillas y un temblor casi imperceptible, que delataba su nerviosismo. Arael adivinó que nunca se había prostituido, pero si ya estaba ahí, el intentaría que la mujer lo disfrutara. Nunca había dañado a ninguna mujer, y tan buen trato en el lugar, tenía mucho que ver con que el trataba perfectamente a cualquier mujer con la que se acostara y ellas quedaban fascinadas. Ésta no sería la excepción, por lo que trataría hacerlo agradable. De cerca el parecido a  su querido problema era tal, que sin pensarlo la tomó de la cara y la besó. 
La mujer gimió de la sensación tan agradable del beso, y se dejó llevar. La ropa desapareció y los movimientos de Arael eran de un amante bueno, y lleno de habilidades, y la mujer era bastante buena. Arael se detuvo un momento, pero ella se siguió moviendo, él se mareó, algo no era normal. La mujer seguía moviéndose perdida en su éxtasis, Arael empezó a sentir en el vientre un calambre de placer, él sabía lo que iba a pasar, ella también lo sabía. A Arael nunca le pasaba. Solo con una mujer. La pelirroja lo miró a los ojos y sonrió. 
-Rosier- gimió Arael entre dolor y placer. Vio a su amante a los ojos y vio como lentamente se transformaba en la Reina de los súcubos. Se quitó, pero ya era demasiado tarde. Solo pudo aventarse en la cama boca abajo, sin moverse, alzó la cara para mirarla y ella lo besó. El beso fue igual de placentero que siempre. –Te sigue gustando la inocencia y el temblor de la entrega, querido, no cambias- le dijo ella al levantarse de la cama. Tomó su disfraz y se desvaneció. Arael no se pudo mover en casi toda la noche, con trabajos se cubrió y durmió, nuevamente sin sueños. Solo vio a lo lejos la sonrisa de Velka, para luego transformarse en la de alguien más, alguien que él conocía, pero ¿Quién era?
Se recuperó ya entrada la mañana, estaba sediento y adolorido. Rosier había provocado muchas cosas en él, y sabía que ella era capaz de provocar un gran placer, o un gran  dolor, en el caso de él, provocaba ambos. Y lo peor es que a él le gustaba el juego. 
La idea de transportarse como ser incorpóreo le llamaba mucho la atención, pero sabía que así Cas lo encontraría mucho más rápido. Así que después de la ducha de agua hirviendo de tres horas, se fue caminando a su casa para pensar en algo; a fin de cuentas la mente ya estaba clara. Iba a llamar a la artillería pesada, a un vampiro, a uno de los mas grandes.
Llegó a su casa y cerró las cortinas. Se abrió la muñeca y empezó a sangrar. Puso la sangre en una copa, y empezó a recitar unas palabras en latín. La imagen de un hombre de pelo largo en jeans y playera polo se apareció delante de él.  
-¿Sabes que hora es?- Le dijo la imagen a Arael.
-¿Hora de pedirte un favor?- Contestó.
-¡No! Es hora de que me dejes dormir, ayer bebí de más y ando empachado, me siento mal y traigo cruda. Estaba descansando feliz en mi penthouse, hasta que recibí tu llamado. ¿Qué quieres? ¿sabes cuanta energía gasta el tener que elevarme para que puedas ver mi proyección?
-Tal vez si te dejas de quejar, notarás que es la suficiente para absorbas la sangre extra que bebiste y tu energía se compense para cuando regreses a tu cuerpo.
-Ok tienes razón, estábamos entonces, en que quieres algo- dijo la imagen que llevaba el nombre de Polux, ya mas calmado, considerando que nuestro héroe estaba en lo correcto.
-Necesito que me ayudes a buscar a un muerto- dijo Arael con un aire tan solemne que Polux se tuvo que reír media hora, antes de poder articular, con trabajo, sus palabras.
-¿No se supone que eso lo haces tu también? ¿Cielo, infierno, purgatorio, tribunales, limbo? Estás tan serio que parece que no bromeas- Al decir eso el vampiro cayó en la cuenta que el híbrido no bromeaba -Pero, ¿Por qué no lo buscas tu solo, no tienes el poder?
-Si lo tengo, pero solo cuando está ya fuera de su cuerpo, cuando solo es un alma, no cuando sigue en su cuerpo, y no quiero solo el alma, necesito recuperar su cuerpo también. Si uso mi poder para encontrarlo, Cas me va a encontrar y tal vez no sea la única.- dijo en el mismo tono.
-¿En que divino  problema está metido? Ah! No me digas, no quiero saber, era una pregunta de la cual no quiero respuesta. 
Se sonrieron ambos en entendimiento. Arael sirvió unos whiskeys y simbólicamente le dejó uno a Polux mientras le decía salud, él aludido solo alzó los ojos y le pinto una grosería con el dedo al ser que tenía frente, antes de desaparecer. 
Polux sabía que el híbrido estaba muy bien posicionado en ambos reinos, por lo que podía romper muchas reglas sin consecuencias, pero él no. Aún así ayudaría a su amigo, porque se lo debíabellas creaciones que nunca había transformado, a Velka. No se explicaba como Arael había perdido un cuerpo, pero lo ayudaría a encontrarlo así fuera, se lo debía a su hija, una de las mas en los mercados negros de ambos reinos. Polux emprendió su camino hacia donde Arael se encontraba. La noche ya había caído y viajaría a la mayor velocidad que alcanzara, para demorar menos.

 
V
Mike despertó en su departamento, y Icee estaba acostada a su lado, desnuda y con un par de arañazos que aún se notaban en la espalda de ella.
Mike no entendía nada, recordaba un palacio tenebroso, aún antes de eso un hombre que lo atravesaba con sus manos, un secuestro, las drogas, las fiestas, los problemas en los que Icee lo había metido. Bueno, ya que la veía ahí, entendía que lo mas probable era, que no eran culpa de ella los líos de los últimos días, si no de él, por no saber manejar las cosas. Pero… algo no estaba bien, si los problemas eran reales, eran porque ella no estaba ahí, porque lo había dejado, y entonces como había llegado ahí era un misterio, ¿seguiría vivo? Mike estaba perdido, pero la visión de la piel blanca de ella, era demasiado para contenerse, dejó de pensar en sus confusiones, y las dejó para después, se acercó a ella y le besó el cuello para despertarla, se pegó a ella, pegó su cuerpo y como por magia, ella abrió los ojos con malicia y el juego comenzó. 
Mike regresó en si, ya entrada la tarde, era casi de noche. Cuando se volteó el cuerpo de ella había  desaparecido y el miedo se apoderó nuevamente de él, se levantó sin siquiera taparse, y salió de su recamara para buscarla. La encontró comiendo cereal y viendo la televisión, en una de sus camisas. Un poco de mota y dos bolsas de palomitas, eran sus compañeras, junto a dos cajas de pizza y restos de una ensalada de fruta. El cuadro lo cerraba una coca de dieta de 3 litros y un plato con un poco de alambre. 
-Te traje unas tortas- le dijo con naturalidad mientras le pasaba una bolsa con la comida, y Mike la desenvolvía, aún dudoso.
-¿Dónde has estado estos días? ¿Por qué te fuiste cuando mas te necesitaba? Me dejaste con todo el cártel de Tijuana encima de mi.
Ella lo volteó a ver con cara de sorpresa y de poco entendimiento, pero tan exagerada, que si Mike fuera inteligente se hubiera dado cuenta de que Icee estaba fingiendo y que sabía mas que bien de que hablaba. Pero a estas alturas, ya sabemos que no es particularmente brillante por lo que se la tragó todita, incluyendo el drama de indignación de lo que decía. Icee le explicó que cuando los problemas empezaron, ella no lo abandonó, si no que el se dio un pasón de droga y había estado inconsciente durante cuatro días. Y ¡claro! ¿no es absolutamente obvio que todo fue un sueño? Si, ¡claro que si es obvio! (al menos para Mike, todo cobraba sentido). 
Entonces ningún problema grave había sucedido en realidad, al menos no aún, y Icee lo había cuidado, y la noche anterior había regresado de su inconsciencia, y habían tenido sexo, eso explicaba lo arañazos en la espalda de ella (obvio Mike no tenía ni idea del revolcón con Arael) y hasta hoy había amanecido totalmente bien. Tenía hambre y comería lo que su princesa le había traído. No más dudas. Ahora solo faltaba ver que había sido con las broncas del narco que traía encima, hace un par de días. Abrió la bolsa y comió todo lo que encontró. Vieron una película mexicana muy mala, bueno, OK, una película mexicana. Y después volvieron al sexo durante varias horas más. La mañana siguiente Mike salió con ella a carretera, rumbo al norte, para saber que tantos problema realmente había.
 
Cassandra estaba muy molesta. Los híbridos son criaturas en las que no se pude confiar, y Arael estaba usando sus poderes para esquivarla, para evitar que lo pudiera ver. No hacía nada por ayudarla, y en estos momentos solo la estaba metiendo en problemas. Ella estaba afuera de la oficina de su jefe (Dios), tenía una cita con él para ver el avance de todo. Cuando entró a la lujosa oficina de muebles de cedro, vio a si jefe vestido de rockero de principios de los noventa, de hecho estaba con el disfraz de una celebridad muy famosa. 
-¿Maestro? Aquí  estoy
-Hola Cas, tenemos que hablar muy seriamente- Dijo el en un tono como si las cosas no tuvieran importancia. Ella se acercó a la mesa.
- Claro que si maestro, pero me podrías decir antes ¿Por qué estas disfrazado como Mick Jagger?- Dio ella con mucha curiosidad.
-¡Ah! Si. Se me olvidaba, es que hice una apuesta con Orfeo. El dice que ni Dios padre lograría que los Rolling Stones dejaran de hacer giras, y bueno ya lo intenté y tenía razón. Ni yo puedo lograrlo.
-¿Y que apostaste?- Contestó Cas, divertida por la situación.
-Pues quedamos que si yo ganaba, el despertaría el gusto de la gente por el White Metal. Y si el ganaba, yo no intentaría imitar un genero para ganar fieles durante otros 100 años. Supongo que la publicidad viral es la opción ahora. Pero bueno no nos desviemos del tema hija, dime ¿como van con Mike?-Dijo Él mientras afinaba una guitarra.
-¡Ay Señor! Es que bueno, hubo un problemita y estamos tratando de resolverlo. Lo que pasa es que Mike golpeó a Arael y Arael lo mató, y Rosier se llevó el cadáver, y el alma de Mike está atrapada en el cuerpo y como Rosier lo tiene no podemos saber donde está. Estamos buscándola pero no la encontramos, y, y, y…- Cas se soltó llorando, y Dios la veía con  la sorpresa de ver a una mujer llorando en vivo, y una que no era mortal además.
-CASSANDRAAAAA- gritó Dios -¡Cállate!- Y si bien no es la manera de consolar a una mujer para que deje de llorar, en este caso funcionó ya que de la sorpresa, Cas dejó de llorar. 
Dios tocó una campanita y por el intercomunicador se oyó: Dígame señor.
-Magdalena, recuérdame de hacer unos manuales para el uso de las mujeres y empezarlos a mandar a la gente de mayor nivel espiritual en el universo, ya entiendo porque hay tanta mariposa en la tierra-
-Si señor-dijo la voz, algo ofendida
-Y tráenos dos cafés, el mío con piquete- Dijo volteando a ver a Cassandra que también se notaba algo ofendida.
-Son las 11 de la mañana señor, me dijo que no lo dejara beber antes de las 2- Dijo Magdalena, mientras preparaba los cafés (el de Dios con piquete)
-¡Ah si!- Cerró los ojos, se iluminó levemente el cuarto y afuera de la oficina atardeció.- Ya, son las cuatro, tráeme mi café-Volteó a ver a Cassandra- Ahora si, deja de llorar, cálmate y respira. ¿Ya? Hablemos.
Cuando salió de la oficina de Dios, Cas estaba muy mareada. Después de tomarse media docena de cafés “a la Yavhé”, es natural, sobretodo si se toma en cuenta que el alcohol divino es de la mejor calidad del universo. Además de la borrachera, Cas salió con mucha más información. Ahora si ya sabía que se estaba jugando y tenía un plan. La situación estaba en manos de Rosier y ella. Lo primero era encontrar a Arael.
Llegó a su palacio. Se cambió y tomó sus cosas para dirigirse a la tierra. Se materializó en su penthouse, vestida de manera sencilla pero excitante. Dejó sus cosas y salió por la ventana en un gran brinco. Al llegar a la azotea más cercana sintió un mareo y un golpe en la boca del estómago que la sentó en el suelo. ¿Sería la borrachera? Se levantó y vio a una sombra, al voltearse, la sombra la aprisionó y Cassandra no sintió nada más. 
Los dos superpoderes estaban en la biblioteca neutral, cada uno sumido en sus pensamientos, bebían un buen vino tinto. De pronto, sintieron un malestar en el estómago, algo normal, cuando alguien usa mucha energía. Pero a los pocos segundos sintieron un golpe mucho mas fuerte. 
Arael corría junto a Polux, estaban disfrutando de la inmortalidad por las calles de México, hace mucho que los amigos no compartían esos momentos, y ahora en verdad se divertían, iban rumbo a la casa de uno de los narcos menores, estaban dispuestos a rastrear a Mike como fuera posible, y eso incluía lectura de mentes y poderes vampíricos. Los dos sintieron un mareo y un golpe en el estómago, cayeron, la sensación terminó con un dolor de cabeza y desorientación.  
Mike iba dormido, en el lado del copiloto, mientras su bella acompañante corría a más de 200 km/h, la carretera estaba en oscuridad total, ella prendió un cigarro, y con el humo empañó el parabrisas. La luz cambió y la entrada a su palacio se empezó a ver. Los demonios-sirvientes la vieron pasar y abrieron las puertas del lugar. Uno de sus sirvientes se acercó a ella con miedo, su cara era pura angustia. Le susurró algo al oído a su ama. Los ojos de la Reina de los súcubos se encendieron y su cara era la furia. Lo único que alcanzó a oír el sirviente fue Con que ya sabe. Gritó un par órdenes y conjuró todo su poder, todos se pusieron a trabajar en mandato de Rosier. Se sintió un golpe en todos los planos. Y en algún lugar del universo, en ese preciso momento; una madre, un niño y Cassandra eran secuestrados a un lugar del cuál, el retorno era prácticamente imposible.  
Balam corría por las carreteras inglesas a toda velocidad, el porsche casi no se notaba en la noche, no hacía ruido, con su tremenda maquina nueva, recién estrenada por el demonio, avanzaba suavemente. El demonio no dejaba de ver la campiña que tenía alrededor, solo bajaba la vista cuando la hermosa inglesa que se desvivía por complacerlo entre las piernas, lo mordía un poco o perdía el ritmo de lo que hacía. Balam tenía órdenes de Rosier, sabía que ésta llevaba la ventaja en la situación, y que aunque el no supiera todo, la misión era muy importante, por lo que iría a buscar la piedra de lava incandescente que Rosier le había mandado encontrar. Uno de los poco elementos mágicos de la tierra que aún existían. Las propiedades de ésta piedra –entre otras cosas- era la facultad de matar ángeles y demonios, pero se tenía que saber usar, conocer el hechizo y el momento preciso, si no la piedra era inocua.  
La inglesa se esmeraba y el sentía mucho placer por lo que parpadeó un momento, sin perder el control del carro, no era necesario abrir los ojos, así se disfrutaba mas. Una sensación en el estómago lo sacó del placer mental, no era algo físico y no era gracias a la inglesa. Abrió los ojos; una imagen se proyectó frente a el, y desapareció. Los reflejos del demonio desaparecieron por unos segundos, pero fueron suficientes para que la inglesa lo mordiera por el susto, y esto causó que perdiera el control del carro. Balam salió disparado por el aire, misteriosamente el tanque explotó. Esto no mataría al demonio, pero la rematerialización iba a ser muy difícil. Pobre inglesa.

VI
Y mientras el tiempo pasa las cosas suceden y nadie sabe nada, el reloj y su tic tic y la vida de cada uno de los seres en esta tierra se acorta, la de nuestros personajes es un misterio, y todo el universo sigue girando, aun sin que Dios ni el Diablo sepan que sucede en realidad, o que pasó. ¿Dónde esta Rosier, Los secuestrados o el sentido común de los presidentes mexicanos? Aun nadie lo sabe, en estos casos ni Dios.
 
Arael recibió un par de flashes en los ojos de Cassandra, lo que ella veía. Era el olvido, y vio a dos personas, estaba seguro de conocer al niño y a la madre. Cassandra los estaba acunando en sus alas para que permanecieran inconscientes. Algo los había secuestrado. Sintió el recuerdo de Cassandra, el golpe en el estómago, el aroma de Rosier, y el despertar en un agujero del universo que no conocía. Los flashes cesaron.
Arael salió corriendo, Polux salió detrás de él. Llegaron a la torre Latinoamericana mucho mas rápido de lo que pensaba Polux. Arael subió por el elevador, Polux por las ventanas, nunca ha sido fanático de ningún aparato eléctrico de ninguna índole. Además él es mas rápido que eso. Se toparon en la punta, donde eran dos puntos que nadie notaría, Arael estaba tratando de seguir la sensación en el vientre, y la visión de Cassandra. No importaba lo que hubiera sido, tenía que ver con Rosier.
-Polux, ¿cuantos años llevas vivo?- Preguntó Arael, mientras trazaba unos símbolos en el aire. El aludido solo cerró los ojos, se frotó con la manó los párpados y exhaló profundamente.
-Casi dos mil, pero si te sirve saberlo, quiero vivir otros dos mil mas- dijo Polux, volteando hacia abajo, pensando que tanto le debía a Velka y a Arael, que tanto quería arriesgar él. -Pero si me lo preguntas, supongo que no me queda mucho, ¿Qué vamos a hacer?-.
-A romper todas las reglas posibles, para encontrar a Mike y ver que está pasando, algo inusual acaba de suceder, creo que secuestraron a Cassandra; y si es quien me temo que es, estamos metidos en grandes problemas, aunque si te soy honesto, me preocupa más que no sea ella.- Dijo Arael mientras se dedicaba a trazar en el aire un par de dibujos.
-Pero no quieres que sea ella-.
-No, no quiero, pero lo sentí, sentí su esencia, se que es ella, pero no se que papel tiene en esto- Dijo Arael, y en la ciudad de México se abrió un portal entre contaminación, frío y mugre. Arael se dejó caer. El vampiro lo siguió. Cayeron en un plano contiguo al real. -Ahora si, hagamos trampa-. Dijo y se puso a caminar en el extraño bosque lleno árboles morados donde habían caído. 
Después de caminar durante mucho tiempo, una presencia se sintió muy lejos, Polux se erizó y sacó los colmillos como buen vampiro, Arael inmediatamente transformó sus manos en las cuchillas que habían matado a Mike, empezaron a buscar el “algo” que estaba cerca de ellos. Ahora ambos lo sentían y se acercaba más. El golpe en el estómago regresó, pero ahora no estaban desprevenidos, por lo que los dobló pero no los tiró. Arael desplegó su poder y se oyó un gemido, era ella.
-¿Arael?- dijo con voz temblorosa, llorosa, su voz ronca se oía quebrada. Se acercó poco a poco, y sus ojos se veían hinchados, había estado llorando, su paso era dudoso. Arael levantó las cuchillas. Y se le fue encima. Rosier esquivó el golpe y chilló en un tono muy agudo, algo inteligible para los oídos de los hombres.
-¡No me ataques idiota! Alguien secuestró a mi hermana, tenemos que saber que está pasando- volvió a gemir Rosier, pero Polux se adelantó a ella y la sometió por la espalda, la derribó y se oyó el crujir de huesos de Rosier. Salió sangre de la boca de la Reina de los Súcubos, y el aroma enloqueció a Polux, pero antes de que pudiera tocar la boca de la Dominación, ésta despertó y se le fue encima, le empezó a poner una golpiza, digna de padre y señor nuestro.  Arael la detuvo. La tenía tirada en el suelo apuntando al vientre y corazón de ella.
-¡No te creo nada! Tu secuestraste a Cas, tu estas provocando todo esto, sentí tu aroma, tu esencia, lo vi en los ojos de  Cas- Le gritó el, ella lo veía con odio.
-Yo no hice nada, algo sucedió, pero no se que fue. Desplegué todo mi poder para proteger a Mike, porque estamos peleando con algo inimaginable, y de repente una energía me golpeó y desperté en mi castillo, estaba totalmente destruido. Vine aquí a buscar respuestas- Arael fue cediendo poco a poco, ella se empezó a levantar.
-¡No le creas! ¡Maldita perra!- gritó Polux y se le fue encima a Rosier, pero Arael lo detuvo justo antes de que Rosier lo atravesara con su espada y le pudiera sacar el corazón. - ¿Ves? Esta mintiendo-
-Que te quiera matar no significa que sea mentirosa, solo que me caes muy mal.- Dijo Rosier mientras intentaba acercarse lo suficiente para sacarle al menos los ojos. 
-Pues él tiene razón Rosier, no te creo nada- dijo Arael llevando una cuchilla al cuello de Rosier; la dominación se dio cuenta que su amor hablaba en serio, así que dejó de pelear, se sentó en el suelo con las piernas cruzadas, y de un pequeño morral que llevaba en el cinto de su traje de batalla sacó una botellita con un líquido ámbar. Le dio dos tragos y se lo pasó a Arael, él lo olió, era whisky. Le dio un par de tragos también pero no se lo pasó al vampiro. 
-No me importa que no me creas ¿sabes? No necesito tu confianza, y como buen híbrido, nadie confía en ti tampoco, y es por eso que tus superiores no te han dicho la verdad acerca de tu encargo, ni entiendes quien es ni porque necesita protección de un ser como tu, así que como puedes ver, sin mi, estás perdido, no confíes en mi si no quieres, tu estás en desventaja.- Rosier se levantó y se puso a caminar por el bosque, buscando algo. Probablemente lo mismo que Arael estaba buscando.
Polux y Arael se voltearon a ver, el híbrido se veía afectado por las palabras de su ex mujer, no le sostenía la mirada a Polux, y éste no hacía nada por buscarla, sabía que Rosier había dado en un punto extremadamente sensible para su amigo.
-Reconozco que si es verdad lo que ese demonio dice, ella tiene la ventaja, y si quieres rescatar a tu querida amiga, tendremos que seguirla y creerle, aunque no hay que bajar la guardia- . Dijo Polux mientras rodeaba a Arael con su brazo, Arael lo volteó a ver y solo asintió, mostrando una sonrisa hueca y llena de ironía. 
Los dos corrieron para acortar la distancia que los separaba de Rosier. Ella los sintió venir antes de que estuvieran cerca. Se sentó a esperarlos, sin bajar la espada. Arael la ayudó a incorporarse, y sin decirse nada empezaron a caminar. 
-¿A dónde nos llevas?- Preguntó  Arael.
-Al lago del Diamante, es el único lugar donde encontraremos respuestas- Dijo ella mientras seguía un rastro, o buscaba pruebas de la cercanía del lugar que buscaba. 
Arael tenía la intención de llegar ahí, pero el no sabía donde estaba, en estos momentos era una ventaja llevar a Rosier. 
El lugar se oscureció, y Rosier se detuvo, creó un campo de energía alrededor de ellos y prendió un fuego con su poder. Con un par de palabras que murmuró levantó tres muros de piedra. Y para sorpresa de sus acompañantes se metió ahí, empezó a salir vapor y se oía la caída del agua. Colgó una especie de toalla en una de las paredes y salió, limpia, con el cabello mojado y ropa limpia, les hizo un gesto invitándolos a entrar si querían pero con un movimiento de manos ambos lo rechazaron. Movió las manos en dirección de la ducha y la desapareció. Metió las mismas al fuego y saco tres cáliz, uno con sangre, el otro con energía hecha líquido, y uno mas que los otros dos no sabían que era, les dio el suyo a ellos y comenzó a beber del que quedó en sus manos.  
-¿Por qué las protecciones, demonio?- Preguntó Polux, mientras señalaba los campos de energía que Rosier había puesto alrededor de ellos- con tu poder debe de ser suficiente para detener cualquier cosa, ¿no? Además ¿Qué ser de oscuridad se atrevería acercarse a nosotros?- continuó mientras vaciaba el cáliz que le había dado Rosier.
-Se que no eres muy inteligente sanguijuela, pero donde estamos, los seres no tienen dueño, ni bandos, todos los seres que no se rigen por la divinidad viven aquí, su libertad completa representa un precio muy caro a pagar, no pueden salir de aquí, pero no son leales a nada, por lo que todos los seres que te encuentres en  esta dimensión,  procuraran hacerte daño si no eres parte de los desertores. Las protecciones son necesarias y es mejor que se mantengan al pendiente- Dijo Rosier mientras aventaba su copa al fuego nuevamente. Cada uno se quedó en un área, vigilando. 
Arael caminaba por una arboleda donde el pasto crecía alto. Escucho sonidos, pero solo era Rosier que también caminaba por ahí. La tensión sexual se sintió mas allá de otra cosa. Y cuando se dieron cuenta, estaban teniendo un sexo desesperado y apasionado, detrás de un par de arbustos. Al terminar sin embargo, se quedaron abrazados, viendo el cielo, aunque al pendiente.
Rosier levantó la cabeza de su pecho y se le quedó viendo fijamente con los ojos sumamente brillosos.
-¿Qué pasa cuando encuentras a tu alma gemela, y se hace un lazo de amor, ese lazo que los une para siempre, sin necesidad que se lo digan el uno al otro, y tratas de huir de ese lazo, de ese sentimiento?- Le peguntó mordiéndose el labio. El la veía, sorprendido por lo que acababa de escuchar, pero al darse cuenta de que era en serio, pensó la respuesta, sonrió torciendo la boca en su ya conocida mueca.
-Supongo que te ahorcas con ese lazo, y entre mas corres, mas lo aprietas a tu cuello, a lo mejor lo mas sencillo es dejarte llevar y evitar sufrir mas, no lo se, pero siempre que huyo del mío, termino asfixiándome- La miró y ella sonrió. El amanecer llegó al poco tiempo, pero ellos ya no estaban juntos, el seguía patrullando mientras ella preparaba la salida. Polux vio el sol salir por primera vez desde muchos siglos. Era un sol verde, diferente al de su mundo, pero igual de maravilloso.
Siguieron caminando, sin encontrarse con ningún problema. Al caer la tarde, vieron el lago a lo lejos, un par de horas a lo mucho, no podían usar ciertos de sus poderes en ese plano, así que tendrían que seguir al mismo paso, pero ya no estaba lejos. De pronto Rosier se detuvo, sacó su espada y se puso en guardia, girando poco a poco a todos lados, buscando una amenaza. Tarde, el vampiro y el híbrido lo sintieron. Una cortina de fuego separó a ambos de la Reina de los Súcubos, sintieron un fuerte golpe en el estómago. Arael comenzó a gritar, y Polux enseñaba los dientes.
Rosier bajó la espada, y esperó. Una voz femenina y muy chillante se oyó, acercándose, pero sin mostrar a la dueña.
-Justo donde los quería- dijo la voz y se empezó a escuchar una sonrisa histérica.
La Reina de los Súcubos, se acercó a la lámina de fuego, Arael también. Estiró la mano, como si fuera a tocarlo. El también lo hizo. Rosier soltó una lágrima.
-En este momento me estoy asfixiando, tienes razón, y espero que un día me perdones por esto, te amo, y aunque sea un cliché, se que un día lo entenderás todo- Le dijo a Arael, mientras se hacía para atrás y se materializaba una mujer vestida de blanco junto a ella.
-Bien hecho mi hermosa, ¿Qué vamos a hacer con ellos ahora?- dijo la mujer de blanco mientras abrazaba a Rosier. -¡Ah! Ya se- En ese momento la cortina de fuego traspasó a Arael y se fue cerrando hacia Polux, al cual aprisionó, el vampiro solo gritaba del dolor de la tortura. Un rayo cayó sobre Arael, que se convirtió en hielo en el instante de tocarlo. Sus ojos sin embargo se movían, y su gesto era también un dolor tatuado en el rostro. El trataba de voltear a ver a su amigo que gritaba desesperado, pero sin ningún éxito. Rosier cerró los ojos y estaba temblando. La mujer de blanco la abrazó mas fuerte y le dijo algo al oído.
-Ahora si preciosa, hagámonos cargo de tu hermana-. 
Arael las vio desaparecer, Rosier los había traicionado. Ella sabía de Cassandra. Era un estúpido y ahora todo estaba perdido.

 
Intermedio: La creación de las Razas


Dios y el diablo veían todo en su pantalla plana, la preocupación los invadía y eso era obvio, las bocas abiertas en un rictus de terror, si eso era posible. ¿Rosier se había vuelto una desertora, tanto poder que tenía se volteaba contra ellos? ¿Cassandra estaba muerta? ¿Dónde estaba Mike? ¿La madre y el hijo secuestrados eran un error o una clave? ¿La mujer de blanco eran quien ellos pensaban? Balam, Arael, Polux estaban detenidos, dos de ellos en el único lugar que ellos no tenían poder para liberarlos. Balam estaba disperso por todo Reino Unido, rematerializándose muy lento. Cassandra perdida, Rosier volteándose contra ellos. Nadie sabía lo que iba a suceder.
 
Cuenta la leyenda que cuando Dios y su hermano que es el Diablo, habían terminado de balancear el universo, todos los seres vivían en el lugar que les correspondía, cada quien con su maestro, y en su paraíso personal. Y decimos paraíso personal, porque aunque sea difícil de creer los seres de oscuridad no sufrían (los que sufrirían después en el Infierno serían las almas, mas nunca los trabajadores, ¿quien querría estar del lado que siempre te tortura?). Y no nada más eso, todos los seres del universo que existían en ese momento, contaban con libre albedrío, no como nos han hecho creer, diciéndonos que los humanos somos los únicos con ese derecho. Pues bien, lo único que estaba prohibido era pasar de un reino al otro, y estos estaban separados por un plano astral diferente, llamado limbo, donde no había casi nada. En ese entonces era como el cuarto de cosas inservibles de los dos reinos, experimentos fallidos, cosas que no se iban  a crear, bueno, infinidad de cosas como los primeros bosquejos de la tierra y unos planos que después formarían a los humanos, muchísimo polvo, y bueno cosas nada importantes. Y todo era dinámico y perfecto en el universo, los hermanos jugaban al caos y al orden y hacían buenos avances en su proyecto universal.
Sin embargo, el libre albedrío en el plano divino es algo peligroso, y llegó el día en el que un demonio meditaba como sería estar en el cielo, por lo que rondaba fuera de los jardines celestiales, todo el tiempo. A lo lejos vio a una ángel, joven, bella, perfecta, y obviamente ella lo vio a él. El era un ser único para ella, nunca había visto otro igual, se fijó en lo perfecto de su cuerpo,  en sus músculos, en sus ojos de serpiente y en su cara, parecida a la de los ángeles pero de otro color, de otro material, mas dura la piel, y la boca llena de dientes afilados, pero a ella no le daba miedo. Se intentaron tocar pero las rejas los quemaban.  
Las alas de los dos se extendieron llenas de curiosidad y empezaron a volar por arriba de la reja que separaba las dos tierras, al intentar cruzar al otro lado recibieron una descarga eléctrica que los pudo haber matado, pero en ves de eso, los llevó a otro plano, al limbo. Ahí entre cajas, matraces y libros de “como crear la química” o “introducción a la física universal desde el punto de vista teológico” se tocaron por primera vez, y descubrieron que aunque el idioma que hablaban era diferente, pero era muy similar, por lo que se empezaron a conocer, se escapaban al limbo en cada momento que podían, y en el limbo, se enamoraron y consumaron su amor.
Esto era algo que no se había previsto por lo que no había ninguna regla en contra. Así que cuando en ambos reinos se enteraron de la unión ilegal que tenían, nadie pudo castigarlos, pero los enviaron a un mundo diferente, donde iban a ser desterrados, ya que no podían vivir en ninguno de los dos reinos. Para sorpresa de los superpoderes, no eran los únicos, había pocas parejas de la misma condición, una ángel con algún demonio, que también fueron mandados a ese plano. Al no tener lealtad a ningún poder, ellos podían ser libres ahí, pero estaban encerrados, no había manera de salir de ese plano. Sus habitantes le llamaron Akronia.
Poco a poco nuevas razas se fueron creando en el universo: los humanos en la tierra, y muchas otras creaturas pensantes con consciencia en otros mundos; en el plano de Akronia también nació una nueva raza, eran híbridos, creaturas que eran inmensamente poderosas, con dones de ambos seres, y sumamente inteligentes, pero estos eran solamente buenos guerreros, como los padres, inclusive las mujeres que nacían de esta nueva raza, eran guerreras, tenían la habilidad de transformar sus manos en armas, y ser casi imposibles de eliminar, ninguno de sus hijos desarrollaba dones para la escritura, la música ni ninguna arte, como los hijos de los ángeles que eran los predecesores de las musas.
La soledad, y el vacío lleno a estos seres de rencor, y los padres siendo demonios llevaron a sus hijos a la rebelión, para tener un sitio fuera de ese plano, por lo que por muchos años fueron criados en educación guerrera, solo unos pocos seguían a sus madres, que con su naturaleza angelical intentaban enseñarles a usar las manos, para otras cosas que las armas, pero estos eran pocos. 
Pero estos híbridos no eran los únicos que existían en el universo, una especie se estaba dando de manera diferente, era la combinación contraria a la primera y era muchísimo mas rara, eran hijos de ángeles con las demonios mas hermosas del infierno. Pero a diferencia de los primeros, sus hijos crecían sin poderes extraordinarios, o al menos eso parecía, ya que al llegar a cierta edad, desarrollaban el poder de abrir el portal a cualquier plano y otros dones como crear ciertas piedras mágicas, o materiales con dones especiales. Pero era al llegar a la edad adulta por completo que estos dones se dejaban ver, ya que antes no eran mas que simples mortales, eran algo muy similar a los humanos. Pero ya que estos eran una cantidad menor, pasaron mucho tiempo desapercibidos en Akronia por un tiempo. Al encontrarse los unos con los otros, hicieron alianzas o simplemente no tomaron partido, nadie fue obligado a unirse a nada. 
El tiempo de la rebelión llegó, y con la ayuda de los híbridos creadores, los híbridos guerreros llegaron al cielo y el infierno, y la guerra comenzó en todos los planos, pero el cielo y el infierno se unieron para apagar a la plaga, así que muchos de ellos murieron, otros huyeron a la tierra y a otros mundos, otros regresaron a Akronia, donde fueron encerrados, y otros mas, siguieron su existencia. Pero éstos habían causado muchas bajas en los reinos, y no nada más eso, habían creado mutantes y nuevas razas en su paso de destrucción. 
Los ángeles habían sido obligados a beber sangre de demonios y se habían transformado en seres de noche que bebían sangre. Y los demonios que habían bebido la sangre de ángeles se habían convertido en bestias que se alimentaban de la carne de los suyos y perdían la consciencia de que lo que habían sido. Y todos estos, habían huido a la tierra por temor de ser aniquilados. Al ver las nuevas razas que se creaban, junto con otros seres, los superpoderes mandaron destruir a cualquier híbrido que existiera, pero muchos ya habían huido, sin embargo, después de la Guerra del primer Caos, se les quitó el libre albedrío a los seres de los reinos, dejándoles solo algunas libertades. Y cazando para siempre a los seres diferentes. Los vampiros lograron que se cancelara su cacería, porque realmente no eran extremadamente dañinos, se alimentaban de humanos, pero mantenían la población a raya, y las diferentes mutaciones que salían no siempre eran malas, de ángeles y seres de otros planos y mundos se crearon los elfos, las hadas, y mucho seres mágicos nacieron, sin sufrir la caza que se desataba en contra de los híbridos.
Al final muchos padres ángeles-demonios, mandaron a sus hijos a la tierra para desarrollarse como humanos, pero casi todos los hijos de las demonios fueron eliminados por el poder que tenían para abrir puertas. Los pocos que se salvaron vivían en la tierra y morían como humanos, sin saber nunca lo que habían sido. Los hijos de las ángeles, eran cazados y mermados porque eran guerreros muy poderosos pero al ser mucho mas difíciles de matar, y provocar grandes bajas; se llegó a un acuerdo donde estos seres podrían vivir bajo los reinos divinos y decidir a donde irían y que harían sin ver a sus padres otra vez. Muchas madres aceptaron el trato para evitar que sus hijos vivieran en Akronia, que en ese momento, era un lugar lúgubre que se tenía que reconstruir, pero muchos creían que la guerra  no había terminado. Al menos no aún.
Poco a poco vampiros, y criaturas mitad vampiro, mitad hada, y seres así de raros llegaron a Akronia, con la promesa de libertad, pero sabiendo que el precio era no abandonar el lugar nunca mas. Casi ya no había híbridos de ángel-demonio. Los pocos que quedaban eran mercenarios, la mayoría del infierno. Y al llegar a este tiempo no había mas de veinte híbridos como Arael en todo el universo. Como podrán imaginarse, padre demonio, madre ángel. Los cuales lo habían entregado para cumplir la voluntad de ver  a su hijo fuera de ese lugar.  
Los híbridos creadores parecían haberse extinguido tiempo atrás, pero uno había nacido hacía poco y su padre, lo había mandado a la tierra, para protegerlo, pero como cualquier familia, tenía su parte disfuncional, en este caso la madre del pequeño, que no había estado de acuerdo en deshacerse de su hijo, por lo que volviéndose loca de dolor le dio a su amado ángel la oportunidad de escapar y esconderse en la tierra, si lo volvía a ver iba a acabar con el; él huyó y su mujer vuelta loca, empezó a buscar a su hijo para acabar de una vez por todas, con todas las razas y los superpoderes del universo. Escondió las piedras de lava incandescente que quedaban en todos los planos, y se dedicó a hacer un ejercito nuevamente, de los seres que vivían en Akronia. La guerra no tardaba en desatarse.
Y bien en este momento llegamos al quid del asunto donde buscando a su hijo, la demonio llamada Misaiya se encontró a Rosier teniendo un amorío con su amado engendro, el cual no llegaba a su poder completo, porque aun no llegaba totalmente, a la edad adulta. Así que teniendo una pequeña conversación con la Reina de los Súcubos, le explicó la situación, y así es como Rosier llegó a cuidar a Mike y saber mas que nadie en esta historia, lo importante que era nuestro humano “con suerte” pero “sin cerebro”. 
Obviamente los superpoderes sabían casi todo, excepto la participación de la Dominación Infernal, ya que al parecer aun no había elegido bandos.
 
Regresando a nuestra historia: La guerra

El regresar de los muertos de la tumba no era algo que le gustara a los superpoderes, pero era la única manera de poner un poco la balanza, a favor de ellos. Así que después de revivirla, mandaron a Akronia a la persona que podría salvar a Polux y a Arael, le dieron la orden de ir a buscar a Mike después. Esperaban que con eso la balanza regresara de su lado, ya que para ser honestos, ninguno de los dos había tenido que pelear con alguien que no fueran ellos  mismos.  
Arael estaba destruido, en cuanto viera a su adorable tormento, la mataría, no podía creer la traición de Rosier. Polux se había cansado de gritar, y el híbrido solo podía oír las respiraciones llenas de desesperación de su amigo. Lo días se convirtieron en noches y viceversa, hasta que al cuarto día se apareció una mujer a lo lejos, blanca como el papel, cabello negro y lacio, muy delgada y vestida toda de negro, Arael no creía lo que veía, no podía creer que sus ojos estaban viendo a esa mujer, debía de ser un truco que su mente le estaba jugando por la desesperación de no poder escapar, pero a su lado, los gemidos de Polux se contuvieron también, se oyó un murmullo en sus labios no puede ser ella, no puede ser ella. 
La mujer llegó junto a ellos y mostró sus colmillos vampíricos, sacó un guardapelo de su pecho con una foto de ella y Arael, del otro lado estaban los tres: Polux, y ellos dos. Sacó una bolsita con un polvo azul del mismo y los esparció con un leve soplido hacia las prisiones de sus amigos. Los dos fueron liberados, y el dolor pasó. Ella sonrió tímidamente.
-Hola, no saben como los extrañé- Dijo ella con una lágrima en los ojos, Ellos la abrazaron y mientras los tres se fundían en su abrazo, ellos solo podían decir su nombre en un murmullo: Velka. 
Después de tan efusiva reunión y de minutos que se perdieron entre abrazos, Polux y Arael se pudieron controlar.
-¿Cómo es posible que estés aquí?- Preguntaba Polux mientras le tocaba la cara y le besaba el cabello. Arael le tomaba la mano.
- Los supremos me regresaron a la vida para ayudarlos, al parecer las cosas se salieron del control de todos, y necesitamos crear un equilibrio otra vez. Mi tiempo es prestado, pero si cumplimos la misión, probablemente pueda cambiar el lugar donde ahora me encuentro- dijo ella desviando la vista de sus amigos.
-¿y como lo haremos?- Preguntó Arael.
-Vamos al lago, ahí encontraremos respuestas.-Dijo ella y empezó a caminar hacia el lago, los otros dos la siguieron de cerca. 
Con Rosier el camino no había sido tan divertido, platicaron muchas cosas, y muy a regañadientes, Arael le contó a Velka la historia de todo lo que había pasado después de su muerte, la vampira no dijo nada, pero se dio cuenta que todo eso pasó por su culpa, que si no hubiera sido tan cobarde probablemente ninguno de los problemas que había tenido su híbrido, hubieran ocurrido, y que tal vez, no sería tan cercano a Cassandra, nuevamente los celos de mujer hacían aparición en la historia. No dijo nada, solo guardó silencio y bajó la mirada.
Al llegar al lago se encontraron con algo que no esperaban. Un duende verde, de tipo navideño los recibió con una gran sonrisa.
-¡Pregúntenle al lago y encontrarán todas las respuestas que buscan!- Decía mientras brincaba de uno a otro pie y agitaba el cascabel de su gorro tejido, sin dejar de sonreír.
Los tres lucían extrañados de la criatura, pero siguieron de largo hasta llegar al lago. El duende los siguió corriendo.
-Háblenle al lago, el escucha- decía con su sonrisa de oreja a oreja.
Polux, sintiéndose un poco ridículo de hablarle a la nada fue el primero en preguntar. -¿Qué es lo que esta pasando, cual es la verdad de nuestra misión?- una voz profunda y misteriosa que provenía de algún lado, les contestó, reflejando en el lago la historia, de la guerra antigua, y de todo lo que estaba sucediendo. Hubo un largo silencio.
-Entonces si entiendo bien, el hijo de Misaiya, es Mike y al parecer es el último de su especie. Es el último híbrido creador que existe. Y su madre piensa usarlo para crear guerra entre Akronia, y los reinos divinos, llevándose entre las patas a todas las demás dimensiones y a la tierra.- dijo Arael, se volteó al lago y preguntó - ¿Ella secuestró a Cassandra y a Mike con ayuda de Rosier? ¿Y la madre y el niño, quienes son?- Esperaron, y de pronto una mujer vestida de verde con tipo de sirena de hollywood, pero sin cola de pescado, salió del agua y en caminar provocativo se acercó a Arael, y empezó a pasar las manos por su pecho.
-No es así como sucedió híbrido, ella secuestro a Cassandra pero no con ayuda de Rosier, a Mike no lo tiene ni sabe donde está, la madre y el niño, son Armand, el niño que conociste hace un par de meses y su madre.- Dijo mientras acercaba su cuerpo hacia el y su boca poco a poco se iba acercando también, y como Arael, sea lo que sea es hombre, estaba cayendo redondito, pero Velka se metió entre el y la mujer-sirena y preguntó también.
-Pero, ¿Qué importancia tiene el niño y su madre? Y si no es cierto que Rosier secuestró a su hermana, entonces ¿porque estaba con Misaiya?-Dijo alejando a Arael del otro ser. Pero la mujer se desvaneció y reapareció nuevamente pegada a Arael, el sonreía como imbécil, pero no entendía bien lo que estaba pasando.
-La segunda no te la contestaré, no es mi deber, ni mi interés que ustedes sepan cual es la misión de la Reina de los Súcubos, ya que le quitaría los divertido a todo esto- sus manos recorrían el cuerpo de Arael y Velka estaba furiosa, a punto de atacar a la mujer del lago. Polux se hacía a un lado, viendo la escena y tratando de llamar la atención de su amigo, sin que las mujeres lo notaran- Y con respecto a la primera pregunta, el niño y su madre son importantes porque el papá de Mike, el ángel que escapó a la tierra, rehizo su vida en la tierra con esa mujer, y el pequeño es su hijo; Misaiya quiere acabar con ellos también.- dijo la mujer barriendo a Velka y arrinconando a Arael.
En ese momento Velka perdió el control y aventó a la mujer lejos del híbrido.
-Aléjate de el- le gritó mientras  le enseñaba los dientes.
La mujer del lago se empezó a reír.
-Tu te suicidaste, lo perdiste y no será tuyo nunca mas, el ya no te ama; ama a otra, tu estás muerta, y no vas a volver a vivir al terminar tu misión, yo por el contrario estoy viva y no le soy indiferente, así que porque no te alejas TU de él, lamento no contestar mas preguntas, me voy- dijo viendo a Arael y mandándole un beso de despedida mientras desaparecía, y Velka se abalanzaba a atacar el aire.  
Volteó furiosa a ver a Arael y emprendió camino. Polux se puso cerca de su amigo y le dijo -¿Te has dado cuenta lo que una mujer puede hacer? Son muy venenosas, sobretodo esas que lo saben todo. Y no se porque tu las vuelves mas locas hermano.- Velka lo escucho y les mostró los dientes siseando. Arael volteó a ver a Polux.
-Yo le quería preguntar donde estaba Mike- dijo en voz baja para evitar que Velka los fuera atacar, se detuvo y la llamó- ¿Sabes como salir de aquí?- Velka sonrió con aire de superioridad y los barrió.
-Eso significa que si- Dijo Polux apurando el paso para seguir a la vampira a donde los llevara. 
Caminaron toda la tarde, y llegaron al borde del bosque, siguieron caminando y se convirtió en una vereda seca y sin vida, y al llegar a un abismo, ella esperó. Los volteó a ver.
-Aquí es donde regresamos, a la salida del sol mañana brincaremos al abismo, si lo hacemos en el momento correcto en vez de caer subiremos y cambiaremos de plano.- dijo mientras tiraba mas polvos azules alrededor de ellos.
Polux y Arael se asomaron, la caída se veía mucho mas alta que ninguna que hubieran visto.
-¿Y si no lo hacemos en el momento correcto?- Preguntó Polux. Velka solo alzó las cejas y los hombros sin querer decir mas. Ambos se alejaron del abismo con cara de pocos amigos. Pero la salida no iba a ser tan fácil, para esos momentos muchos seres de Akronia sabían que eran un peligro para la guerra que se desataría y no los iban a dejar salir tan fácil.
Los polvos azules sirvieron para protección pero lo que les esperaba a media noche no podía ser contenido por la protección que Velka había llevado. Prácticamente todos los seres que querían pelear en la guerra de Misaiya estaban cercándolos y ninguno de ellos tenía la intención de dejarlos vivos. Pero como a estas alturas ya se dieron cuenta que este cuento es una mega jalada y yo ya me cansé de pensar en como sacarlos del problema, aplicaremos que como yo lo estoy escribiendo voy a sacar a un personaje que lo arregle todo. Y en este caso  será Dios que sigue viendo todo en s pantalla de plasma, y decide que aunque no “puede” meterse en el plano de Akronia, va a romper un poquito las reglas, por lo que adelanta el tiempo y en el momento en que los van a atacar, empieza a amanecer, por lo que nuestros “héroes” se avientan al abismo, y salen del plano que bien podría ser comparado con cierto país maravilloso, de cierto libro famoso.

1 comentario:

  1. Creo que estos días de desgaste me han dejado la mente en varias partes separadas y flotando en ether, necesito leerlo estando bien entero jejeje...TE QUIERO AKACHA!!!!!

    ResponderBorrar