jueves, 10 de septiembre de 2015

Cartas sin entregar III (agosto) versión 1



Hace poco oí la frase que ningún evento es único y exclusivo y que todo se repite. Creo en eso, al menos porque estamos exactamente como hace 5 años, creo que la única diferencia es que la que decidió no verte más ahora soy yo. Te estoy devolviendo todo lo que tengo porque honestamente, ahorita no puedo ver nada que se relacione contigo, nuestra última plática me ha roto. En mi muy dañada perspectiva fue cruel, pero lo peor de todo, es que creo entender de donde viene todo esto. Sin embargo no quiero reprochar, mi carta no es para hablar de nuestra inexistente relación, ni de mi enfermedad, ni de nada de eso. Si no de ti.

Mi psicóloga dice que cuando las cosas están mal uno no se deshace de ellas y las manda al carajo, sino que las arregla y pese a lo mucho que te quiero odiar en estos momentos y en que ahora soy yo con un mini-tú en mi cabeza, te quiero y quiero que estés bien. En estos momentos en que al parecer mi salud va a ir en decadencia, no tengo tiempo para odios estúpidos hacia la gente que quiero. Al final, eres mi familia, no solo por haber sido mi pareja, sino por haber sido mi amigo y no cualquier amigo (fuimos los mejores ¿recuerdas?), y una persona a la que yo decidí unirme en un nivel espiritual.

No sé qué va a pasar con nosotros, si te voy a volver a ver en buenos términos en algún momento, ni nada, me gusta pensar que cuando todo este dolor se vaya, vamos a poder ser amigos, en realidad me lo imagino, solo que la fe no es lo mío ahorita.

Cada vez que recuerdo la plática del viernes, y todas las últimas que hemos tenido, me doy cuenta que el no vernos es lo mejor para mí y para ti,  que si había pospuesto este momento desde que te volví a hablar cuando murió mi abue es porque estoy muy preocupada por ti. Todo el tiempo resuenan en mi cabeza los comentarios  “he sido una pésima pareja” “no puedo tenerte esperando” “voy a pagar por todas mis pendejadas” “probablemente me arrepienta de esto” “ya no estaba en la relación, creo” “sigo cagándola” “no me intentes subir el ego, se lo mucho que la he regado” “no fui todo lo que dices” “siempre he manipulado a la gente y regresan” y por otro lado tu enojo contra mí que no es contra mi completamente sino contra ti y muchos ejemplos más me hacen ver lo mal que la estás pasando. Lo mucho que sobre analizas nuestra relación buscando que pasó y las conclusiones que cambias cada dos semanas. Todo el coraje que tienes es natural, yo lo siento, pero el tuyo viene desde hace mucho tiempo atrás. Y estas castigándote o demeritándote por algo, no entiendo porque, puedo ver que sientes mucha culpa, y el hecho de que no te dije las cosas y que no puedes estar conmigo porque fue tu decisión (el terminar) lo empeora, aunque racionalmente sea lo mejor para ambos. Nunca te había visto así, la vez pasada la que entró en crisis fui yo, supongo que ahora te toca a ti. Me preocupas mucho, porque lo único que deseo para ti es que estés bien y que encuentres la paz otra vez, y que sin importar lo que pase estés con la gente que quieres y que te quiere. Que encuentres a alguien con quien estar que te de lo que yo no pude y que seas feliz. Pero tienes que empezar a encarar a tus demonios, y responsabilizarte de las cosas David, confío en ti y en lo cabrón que eres.
Tu no eres un hombre que le gusta ser cruel con los demás, al menos nunca lo fuiste conmigo, pero yo no soy la única que se ha sentido agredida por ti y eso lo sé. Tú mismo decidiste cambiar eso hace mucho, no lo hagas otra vez. Cuando tu dejas de ver a una persona o te deja de interesar como algo, simplemente lo cortas todo por la paz y el cariño y que te importe la persona no es motivo suficiente para hacer que te quedes, la vez pasada sucedió así. Y con personas que has querido muchísimo has cortado la relación de manera tajante por menos y el cariño no ha sido motivo para quedarte y sin embargo a mí no me querías dejar ir por completo, querías seguir teniendo contacto y sé que lo hubieras seguido teniendo por mi salud si te lo hubiera permitido. No digo que me quieras como pareja porque sería muy tonto, pero sé que tus palabras eran más para alejarme que porque las sintieras en ese momento.

Quiero que seas feliz, esa es mi última voluntad de aquí a que se demuestre lo contrario, quiero que dejes salir todo ese coraje, que lo pierdas, quiero ver al David que eras antes de todo este huracán, y lo sabes, aunque no sea conmigo. Los dos tenemos que curarnos, tú mismo lo dijiste, y ya veremos que sucede después, no hay mucho más que pueda decirte, toma decisiones, mejórate por favor, se de nuevo el David que a todos nos mueve, ¡celebra que eres libre! Y si la vida lo quiere nos veremos en algún otro momento y empezaremos ese nuevo círculo y si es así, si logramos eso habremos llegado  más lejos que nadie más de todas las parejas que hacíamos menos porque lograremos ser familia, ser amigos y ser nosotros como individuos. Y si aún es nuestro destino que nos veamos devuélveme lo que es mío (mis regalos) de todos los objetos que te regresé (lo único que por favor no tires si decides no verme nunca es el dragón)
Si para este momento decides ahora tu no saber de mí, haz lo que quieras con todo, solo recuerda que si me muero, tener esto podría ser mi recuerdo además de los 200,000 pesos que son tuyos. Lo único que no quiero ver nunca más es la caja rosa, por favor. Te lo estoy devolviendo porque solo tú puedes cuidar esas piezas que fueron nuestras mientras yo no las puedo tener o si me pasara algo.

No sé cómo despedirme más que diciendo que le pedí a nuestro amigo “el Cuervo” una señal de si nos volveríamos hablar o ver en paz y desde ese día tu hermano me ha mandado mensajes y correos. Honestamente no sé qué me haya querido decir.      

                                                                       Valar Morghulis         
                        “y al final quiero verte de nuevo contento, sigue dando vueltas si aguantas de pie.”

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